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Granada, patrimonio de la humanidad
Granada es una de las ciudades más bellas y visitadas de toda España. Y lo es por la magia que posee la ciudad en la unión de un patrimonio histórico y artístico único, las tradiciones que envuelven el modo de vivir granadino y la alegría que se respira en cualquiera de las calles de la ciudad, toda ella a la sombra de uno de los monumentos más vibrantes del mundo: La Alhambra.
La alhambra
Siempre que se elabora un listado con las joyas artísticas del planeta, aparece el palacio nazarí de Granada. Si quieres visitar La Alhambra, lo primero que tienes que saber es que siempre hay gente y por ello compra tu entrada con antelación. Una vez hayas cumplido con ese requisito ya puedes adentrarte en el Palacio de La Alhambra y gozarlo en todo su esplendor.
Durante la visita intenta aislarte del bullicio de los grupos de turistas y contempla los estucos, yeserías o esculturas que aparecen en cualquier sala o patio de La Alhambra. Pasea relajadamente entre esa cautivadora mezcla de arquitectura, historia, literatura y vegetación. Y si tienes la oportunidad, haz la visita nocturna, entonces el embrujo del palacio es total. El mejor modo para comprender como este edificio inspira a escritores, pintores o músicos de cualquier época y origen.
El Generalife
El complemento ideal para La Alhambra son los jardines del Generalife que la rodean. Si la arquitectura y arte del palacio evocan episodios cruciales de la historia del país, el paseo entre las fuentes y vegetación del Generalife es una de las más bellas herencias que nos han llegado de los siglos de presencia musulmana en España y se convierte en un verdadero deleite para los sentidos y el espíritu.
La ciudad de granada
La presencia de La Alhambra puede ensombrecer a la propia Granada, pero lo cierto es que esta urbe rodeada de montañas posee otros muchos atractivos. El primero de ellos es la propia experiencia de callejear por su casco antiguo para desembocar en algún momento en la Plaza Nueva, siempre animada. En ella o en cualquier calle, del centro o de los barrios, hay que entrar a los bares y sorprenderse cuando junto a nuestra bebida aparezcan de modo gratuito tapas o raciones suculentas.
El Sacromonte y el Albaicín
Granada está asentada entre colinas. Una de ellas es el Sacromonte, donde está el Museo de las Cuevas. Allí comprobarás cómo durante siglos muchos granadinos han tenido tanto apego a su tierra que fueron capaces de excavar cuevas en la roca para poder vivir ahí.
Y otro barrio que hay que conocer, sí o sí, es el Albaicín. En su entramado de calles se huele la historia y la fusión de culturas que han dado como resultado la alegría de vivir andaluza y su folklore.
Por cierto, en un barrio o en otro, o en el propio casco antiguo de Granada, los turistas siempre se reservan una noche para acudir a alguno de los muchos tablaos flamencos. Una buena forma de pasar una velada con la gastronomía andaluza, sus vinos, su música y su baile, porque aunque parezcan espectáculos excesivamente turísticos, los artistas siempre viven pasionalmente cada una de sus actuaciones.
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