Viajes » Viajes Viajero

Author - Viajero

barcelona

GUÍA DE BARCELONA

La capital catalana es uno de los destinos más visitados de Europa. Razones para acercarse hasta Barcelona no faltan. Cualquier visitante encontrará un motivo de interés para querer conocerla. Seas joven o maduro, amante del arte o de la fiesta, apasionado de la arquitectura o futbolero, siempre tienes algo que ver en Barcelona. Aquí va un breve listado de los múltiples atractivos barceloneses.

Barcelona para todos los públicos

Cómo llegar a barcelona

Para empezar, la ciudad está perfectamente conectada con todo el país. Puedes llegar en avión hasta el aeropuerto internacional de El Prat, a corta distancia del centro. También es posible atracar en el puerto marítimo a bordo de algún crucero, desembarcando casi en el núcleo histórico. Y por supuesto, abundan los trenes y las carreteras para llegar hasta Barcelona desde cualquier parte de Europa.

La oferta hotelera

Para los numerosos visitantes que se hospedan en la ciudad, Barcelona cuenta con alojamientos hoteleros para todos los gustos y bolsillos, desde la pensión más humilde hasta glamurosos hoteles. Algo que también es aplicable a la hora de comer, porque son cuantiosos los restaurantes, tabernas o franquicias donde degustar elaborados platos elaborados por prestigiosos chefs o económicos bocatas, pasando por locales donde sirven la cocina mediterránea más auténtica.

Mil maneras de recorrer barcelona

Solucionadas las necesidades de hospedarse y alimentarse, llega la hora de salir de descubrir Barcelona. Podrás hacerlo de forma libre con largas caminatas y aprovechando sus transportes públicos de tranvía, bus y metro. Pero también puedes contratar multitud de visitas guiadas, desde las clásicas hasta las especializadas en un tema concreto.

Una búsqueda por internet te dará ideas más sugerentes. Encontrarás diferentes visitas teatralizadas. O es posible recorrer Barcelona en bici, a pedales o eléctrica, e incluso en segway. Además está el típico bus turístico que con sus múltiples paradas te llevara hasta los lugares más emblemáticos de la ciudad.

Barcelona para niños y adultos

Una enorme cantidad de visitas que recibe la ciudad la conforman grupos familiares. Este tipo de visitantes tiene muy en cuenta las posibilidades de diversión para los niños. Y aquí, el viajero infantil tiene muchos lugares a los que acudir. Uno es el Tibidadbo, uno de los parques de atracciones más antiguos de Europa. Allí, junto a atracciones clásicas también se dispone de otras mucho más modernas. Además, una vez que subáis hasta la montaña donde se ubica este parque de atracciones, aprovechad para hacer una pequeña ruta senderista por el cercano Parque Natural de Collserola.

El Tibidabo o el famoso Zoo de Barcelona son lugares atractivos para los niños, y también para los adultos. Algo similar a lo que ocurre en el Poble Espanyol de Montjuich con sus maquetas en miniatura de lugares de toda España. Y lo mismo se puede decir del Aquarium o el Cosmocaixa, espectaculares ambos y donde se combina la ciencia, la divulgación y la diversión.

Paseos artísticos por barcelona

Si eres un apasionado del arte, tu visita a Barcelona te satisfará con creces. Tienes la oportunidad de visitar el Museo Nacional de Arte de Catalunya, donde se hace un recorrido por la historia del arte desde las pinturas románicas procedentes de iglesias del Pirineo hasta obras más modernas que coinciden con los momentos de la industrialización catalana.

Aquellos que busquen un arte más moderno también pueden visitar el Museo Picasso dedicado al genio malagueño. Y quienes deseen descubrir las tendencias del arte actual, por el centro de Barcelona encontrarán multitud de galerías que exponen los trabajos de futuras figuras artísticas.

De la Edad Media a la actualidad

Pero en Barcelona el arte no solo está en los museos. En sus mismas calles, si eres un apasionado de la arquitectura contemplarás monumentos de diversas épocas. Para comenzar, es indispensable pasear por el corazón antiguo de la urbe y llegar hasta la iglesia de Santa María del Mar. Aunque si lo que deseas es ver arquitectura más rompedora y moderna, casi desde cualquier punto de la ciudad distinguirás la llamativa Torre Agbar, cuya peculiar forma y su iluminación nocturna la ha hecho merecedora de atrevidos apelativos. Cuando la veas, seguro que tú también la rebautizas.

El modernismo

Si hay una manifestación arquitectónica que es emblema de Barcelona, esa es el Modernismo. La Sagrada Familia o la Pedrera, ambas concebidas por Gaudí, son edificios modernistas, hermosos, singulares, atractivos y todos los calificativos que les quieras dar. Pero hay muchas otras construcciones modernistas, varias de ellas en el elegante Paseo de Gracia, donde los arquitectos de ese movimiento parecía que compitiesen en construir la casa más novedosa.

El turismo deportivo en barcelona

Ya se ha dicho más arriba que la ciudad tiene varios museos, pero ninguno de ellos recibe tantas visitas como el Museo del Barça. Situado en el Nou Camp forma parte de la visita guiada que se realiza por el estadio del club. No obstante, no es el único lugar barcelonés que une turismo y deporte. Otro lugar sería Montjuich, donde se encuentra el Estadio Olímpico que fue escenario principal durante los Juegos de Barcelona 92.

Barcelona mediterránea

Los barceloneses presumen de vivir en una de las ciudades más importantes de todo el Mediterráneo. Y la esencia de ese mar se respira en su casco histórico. Comenzando por su calle más famosa y transitada: las Ramblas. Un bulevar donde se reúnen turistas, artistas callejeros, quioscos, puestos de flores, bares y amigos de lo ajeno. Caminando por las Ramblas hacia el mar se llega hasta la estatua del marinero más ilustre de todos los tiempos, Cristóbal Colón, que aquí no apunta con su dedo hacia América, sino que enigmáticamente señala hacia el sur.

La Barceloneta

Detrás de la célebre estatua está el puerto viejo de Barcelona y desde ahí, un corto paseo te llevará hasta el barrio de La Barceloneta. Uno de los lugares más típicos de la ciudad. Allí hallarás pequeños restaurantes para saborear la cocina marinera. También, si el tiempo acompaña, te podrás dar un baño en la playa. Y si ya ha caído la noche, el barrio se anima enormemente con varios locales cercanos al mar que sirven copas hasta altas horas de la madrugada.

Las rutas Hop On Hop Off en Barcelona

El Autobús Hop On Hop Off es una de las mejores maneras de conocer la ciudad de Barcelona. Con varias rutas que recorren los lugares más destacados de la ciudad, este autobús turístico es una opción conveniente y accesible para los visitantes.

Las rutas del Autobús Hop On Hop Off incluyen lugares como la Sagrada Familia, el Parque Güell, la Casa Batlló, la Torre Agbar, la playa de la Barceloneta y muchos otros lugares de interés turístico. El autobús ofrece comentarios en varios idiomas que explican los puntos de interés a lo largo del recorrido.

Además, con el Autobús Hop On Hop Off, los pasajeros pueden bajarse en cualquier parada y explorar los lugares de interés por su cuenta antes de volver a subir en el próximo autobús. Esto permite a los visitantes tomar su tiempo y disfrutar de la ciudad a su propio ritmo.

En resumen, el Autobús Hop On Hop Off en Barcelona es una excelente opción para aquellos que quieren conocer la ciudad de manera conveniente y accesible. Con varias rutas y paradas en lugares turísticos clave, esta es una forma ideal de explorar Barcelona a tu propio ritmo.

La ruta azul

La Ruta Azul del Autobús Hop On Hop Off en Barcelona es una de las tres rutas principales que recorren los lugares más destacados de la ciudad. Esta ruta es ideal para aquellos que quieren explorar los barrios del norte de la ciudad.

La Ruta Azul comienza en la plaza Cataluña y se dirige hacia el norte de la ciudad. Algunas de las paradas más destacadas incluyen la famosa Casa Batlló y la impresionante Sagrada Familia de Gaudí. El autobús también pasa por la avenida Diagonal, una de las principales arterias de la ciudad.

La Ruta Azul continúa por el barrio de Gracia, conocido por sus hermosas plazas y arquitectura modernista. Algunas de las paradas más destacadas incluyen la plaza de la Vila de Gracia y el Parque Güell, otro impresionante trabajo de Gaudí.

La ruta también pasa por la Torre Agbar y el distrito tecnológico de la ciudad, 22@. Finalmente, la Ruta Azul vuelve al centro de la ciudad y pasa por la avenida Passeig de Gracia, donde se pueden ver algunas de las tiendas de moda más exclusivas de la ciudad.

En resumen, la Ruta Azul del Autobús Hop On Hop Off es una excelente opción para aquellos que quieren explorar los barrios del norte de la ciudad de Barcelona. Con paradas en lugares turísticos clave como la Sagrada Familia, el Parque Güell y el distrito tecnológico de la ciudad, esta ruta ofrece una experiencia inolvidable para los visitantes.

La ruta roja

La Ruta Roja del Autobús Hop On Hop Off en Barcelona es una de las tres rutas principales que recorren los lugares más destacados de la ciudad. Esta ruta es ideal para aquellos que quieren explorar el centro histórico y la costa de la ciudad.

La Ruta Roja comienza en la plaza Cataluña y se dirige hacia el este de la ciudad, pasando por la catedral de Barcelona y el histórico barrio gótico. También pasa por el puerto de la ciudad, donde se encuentra el acuario de Barcelona y el monumento a Cristóbal Colón.

La Ruta Roja continúa por la costa de Barcelona, donde se pueden ver algunas de las playas más famosas de la ciudad, como la playa de la Barceloneta y la playa de la Mar Bella. El autobús también pasa por el puerto deportivo de la ciudad, lleno de yates y embarcaciones de lujo.

La ruta también pasa por el Parque de la Ciudadela, uno de los parques más grandes de Barcelona, y por la famosa avenida Passeig de Gracia, donde se encuentran algunos de los edificios modernistas más famosos de la ciudad, como La Pedrera y la Casa Batlló.

En resumen, la Ruta Roja del Autobús Hop On Hop Off es una excelente opción para aquellos que quieren explorar el centro histórico y la costa de la ciudad de Barcelona. Con paradas en lugares turísticos clave como la catedral, las playas de la ciudad y los edificios modernistas de Passeig de Gracia, esta ruta ofrece una experiencia inolvidable para los visitantes.

La ruta verde

La Ruta Verde del Autobús Hop On Hop Off en Barcelona es una de las tres rutas principales que recorren los lugares más destacados de la ciudad. Esta ruta es ideal para aquellos que quieren explorar los barrios del oeste de la ciudad.

La Ruta Verde comienza en la plaza Cataluña y se dirige hacia el oeste de la ciudad. Algunas de las paradas más destacadas incluyen la Casa Vicens, una de las primeras obras de Gaudí en la ciudad, y el Monasterio de Pedralbes, un impresionante ejemplo de la arquitectura gótica catalana.

La Ruta Verde continúa por el estadio del FC Barcelona, el Camp Nou, uno de los estadios de fútbol más grandes del mundo. También pasa por la avenida Diagonal, una de las principales arterias de la ciudad, donde se pueden ver algunos de los edificios más modernos de la ciudad.

La ruta también pasa por el barrio de Les Corts, conocido por sus hermosas plazas y por ser el hogar del distrito financiero de la ciudad. Finalmente, la Ruta Verde regresa al centro de la ciudad, pasando por la avenida Passeig de Gracia, donde se pueden ver algunas de las tiendas de moda más exclusivas de la ciudad.

En resumen, la Ruta Verde del Autobús Hop On Hop Off es una excelente opción para aquellos que quieren explorar los barrios del oeste de la ciudad de Barcelona. Con paradas en lugares turísticos clave como la Casa Vicens, el Monasterio de Pedralbes y el estadio del FC Barcelona, esta ruta ofrece una experiencia inolvidable para los visitantes.

Preguntas frecuentes sobre Barcelona

¿Cuándo es el mejor momento para visitar Barcelona?

La mejor época para visitar Barcelona es durante la primavera (de marzo a mayo) y el otoño (de septiembre a noviembre), ya que las temperaturas son agradables y hay menos turistas.

¿Cómo puedo llegar desde el aeropuerto de Barcelona al centro de la ciudad?

Puedes tomar un taxi, un autobús o el tren desde el aeropuerto de Barcelona al centro de la ciudad. También puedes optar por un servicio de traslado privado.

¿Cuánto cuesta la entrada a la Sagrada Familia?

El precio de la entrada a la Sagrada Familia varía dependiendo del tipo de visita y la edad del visitante. El precio general de la entrada es de alrededor de 20 euros.

¿Cuáles son los barrios más interesantes para visitar en Barcelona?

Algunos de los barrios más interesantes para visitar en Barcelona son el Barrio Gótico, El Raval, Gracia, El Born y Eixample.

¿Cuáles son los platos típicos de la gastronomía catalana?

Algunos de los platos típicos de la gastronomía catalana son la paella, el pan con tomate, las croquetas, la butifarra, el bacalao y la crema catalana.

Barcelona Agbar Tower Alex Rud Flickr

Torre Agbar

La Torre Agbar se ha convertido desde su construcción en el año 2005 en uno de los nuevos símbolos de Barcelona. Los motivos para ellos son muy simples y básicamente tres. En primer lugar, su altura. Alcanza los 145 metros de altura, aunque no es el edificio más alto de la Ciudad Condal, sino el tercero, tras el Hotel des Arts y la Torre Mapfre. Por otro lado hay que tener en cuenta su colorismo, especialmente de noche, cuando muestra una iluminación dinámica, novedosa y variable. Y por último, su peculiar forma que le ha hecho acreedora de varios sobrenombres populares.

El arquitecto de la Torre Agbar

Esta construcción se encuentra en la estratégica y vital Avenida Diagonal, en la esquina con la Plaça Glories Catalanas. Allí planteó este edificio el arquitecto francés Jean Nouvel, uno de los creadores más prestigiosos del planeta en la actualidad. Su inauguración en septiembre de 2005 fue todo un acontecimiento en la ciudad.

En ella se aprecia un diseño muy atrevido. En realidad se podría definir como una estructura de dos cilindros no concéntricos, unidos por escaleras, ascensores y las diferentes instalaciones funcionales. Pero sobre todo entre esos dos anillos hay un espacio totalmente diáfano.

La iluminación de la Torre Agbar

Una de las peculiaridades de esta torre son los efectos lumínicos que le dan vida y le hacen protagonizar el skyline de la Ciudad Condal. Posee una fachada acristalada en su integridad que con la caída de la tarde se empieza a iluminar, con la particularidad de que el color a lo largo de toda su altura, va variando conforme se va ascendiendo.

Los otros nombre de la Torre Agbar

La denominación oficial hace referencia a que en su interior se acogen las dependencias de la empresa Aguas de Barcelona, si bien en los últimos tiempos se ha hablado de ventas y transformaciones, por ejemplo en un hotel. Pero más allá de su nombre oficial y su uso, lo cierto es que la forma de la torre ha hecho que los barceloneses la hayan bautizado con distintas denominaciones, en algunas ocasiones bastante jocosas. Basta con acercarse hasta ella para ver cuál de estos nombres puede ser el más acertado: obús, géiser, supositorio o pene, entre otros muchos, más o menos mal sonantes. Si bien tal y como dijo su creador, Jean Nouvel, él se inspiró en los dibujos que realizó Antoni Gaudí para levantar rascacielos en Nueva York.

Explorando la arquitectura moderna: La Torre Agbar de Barcelona

La Torre Agbar, ubicada en Barcelona, ​​es una obra arquitectónica moderna que destaca entre el paisaje urbano de la ciudad. Diseñada por el arquitecto Jean Nouvel, la torre se encuentra a unos cuatro kilómetros del centro de Barcelona. Se caracteriza por su forma particular, sus colores vibrantes y la tecnología innovadora que incorpora en su construcción. La Torre Agbar es un edificio de oficinas de 154 metros de altura y 38 pisos, ubicado en el distrito de Diagonal Mar, uno de los principales centros de negocios de Barcelona. La torre está hecha con una estructura de acero y hormigón, con una cubierta de aluminio, vidrio y materiales compuestos. Algunas de las características más destacadas de la Torre Agbar son sus luces LED cambiantes de color, que crean un efecto visual único. Estas luces se controlan desde una computadora, lo que permite una gran variabilidad en la forma en que se iluminan. La torre también cuenta con un sistema de control de calefacción y aire acondicionado, que garantiza una buena eficiencia energética. La Torre Agbar es una obra arquitectónica moderna de gran importancia para Barcelona. Es un símbolo de la innovación y el progreso, y un ejemplo de cómo la arquitectura moderna puede contribuir a la creación de un entorno urbano atractivo. Es una obra única en su género que se ha convertido en uno de los principales iconos de Barcelona.

Los ingenieros detrás de la Torre Agbar de Barcelona

La Torre Agbar de Barcelona es uno de los edificios más icónicos de la ciudad, diseñado por el arquitecto Jean Nouvel, uno de los más renombrados arquitectos franceses. El edificio se completó en 2005, y desde entonces es conocido como un lugar moderno, innovador y único. La Torre Agbar se construyó para ser una sede corporativa para la empresa Agbar Group. El diseño fue llevado a cabo por Jean Nouvel, un arquitecto francés conocido por sus innovadoras ideas de diseño. El edificio fue construido con una combinación de acero, aluminio y vidrio, y diseñado para reflejar los contornos de la montaña Montserrat. La Torre Agbar fue construida por un equipo de ingenieros con experiencia en la construcción de edificios modernos. La estructura principal del edificio fue diseñada por el ingeniero español Carlos Ferrater, quien trabajó en estrecha colaboración con Jean Nouvel para lograr un acabado de alta calidad. El equipo de ingenieros también incluyó a Josep Martorell, otro ingeniero español con experiencia en la construcción de edificios modernos. Además del equipo de ingenieros, el equipo de construcción incluyó a numerosos subcontratistas y trabajadores. El equipo trabajó durante más de dos años para completar la construcción de la Torre Agbar. El equipo de ingenieros trabajó para lograr un diseño y acabado únicos y modernos, y los trabajadores de construcción contribuyeron con su conocimiento técnico para asegurar el éxito del proyecto. La Torre Agbar es un testimonio de la destreza técnica de los ingenieros españoles. El equipo de ingenieros combinó su conocimiento y experiencia para crear un edificio único que sigue siendo una maravilla arquitectónica en Barcelona.

El significado simbólico de la Torre Agbar de Barcelona

La Torre Agbar, ubicada en Barcelona, ​​es una de las construcciones más icónicas de la ciudad. Diseñada por el arquitecto francés Jean Nouvel, esta estructura de 154 metros de alto se ha convertido en un símbolo del progreso y el desarrollo de la ciudad. La torre se compone de tres partes principales: un cilindro de vidrio, una torre de oficinas y una plataforma. La estructura se inspiró en la naturaleza y la ciencia. El diseño se basa en el concepto de la naturaleza como una fuerza creativa y sugiere la relación entre el hombre y la naturaleza. El cilindro de vidrio representa el poder de la naturaleza, mientras que la torre de oficinas representa el desarrollo tecnológico. La Torre Agbar también es un símbolo de modernidad. Está iluminada por 4.500 luces LED, que cambian de color con el ritmo de la música. Esta innovación se usa para agregar un sentido de movimiento y dinamismo a la estructura. El edificio también se ha convertido en un símbolo de la cultura catalana. La torre tiene una forma muy similar a la montaña Montserrat, un símbolo importante para los catalanes. En general, la Torre Agbar representa el desarrollo de la ciudad de Barcelona y la cultura catalana. Es un símbolo de la naturaleza como fuerza creativa, la modernidad tecnológica y la conexión entre el hombre y la naturaleza. Esta torre es una muestra de la originalidad y el progreso de la ciudad.

viajar en grupo

EVITA LOS MALOS COMPAÑEROS DE VIAJE

Por regla general, todos viajamos con nuestra pareja, con familiares o con amigos. Todos ellos, gente a la que conocemos, y sabemos de sus virtudes y sus defectos. Cuestión de personalidad, que nos puede afectar por los efectos negativos. Si alguna de esas personas es un bocazas, un mandón o un roñoso, deberíamos evitar emprender unas vacaciones con ellos. Y si no hay remedio, hay que ir preparado para lo que pueda pasar, porque su actitud puede ponernos en algún aprieto.

YA HABLO YO

Por ejemplo, ese amigo de lengua fácil, faltona y escandalosa, puede ser la diferencia entre una buena o mala habitación en el hotel, si entra dando la nota en la recepción. Toma tú la palabra antes de que sea tarde. Será un poco cansado irlo callando todo el tiempo, pero es mejor así porque  puede te puede hacer pasar en un bochorno en cualquier restaurante o en la cola de un museo. Incluso aunque no domine el idioma de vuestro destino, al bocazas generalmente se le entiende no solo por lo que dice sino por como lo dice, y esos gestos y tonos son verdadero esperanto.

NO LO QUIERO VER TODO

Otro carácter que hay que evitar, o por lo menos domesticar, aunque cueste una discusión, es el del gobernante. El cual suele tener como característica añadida la hiperactividad. Puede ser un verdadero suplicio seguirle el ritmo que impone, basado en un estricto planning de viaje en el que no hay tiempo para echarse dos cervezas antes de comer o descansar los pies en un parque entre monumento y monumento. Si tu idea de un viaje es disfrutarlo con tranquilidad, apreciar en profundidad lo que se pueda ver, y dejarte cosas para otra ocasión, que tal vez nunca llegará, entonces conviértete tú en ese mandón que baja sí o sí el ritmo. Un enfado a tiempo puede evitar un viaje insatisfactorio.

PARA ESO NO VENGAS

Lamentablemente no viajamos todo lo que podemos. Un viaje son unos días especiales que hay que gozar al máximo. Está claro que todos nos vamos aquí o allá con unas posibilidades económicas. Pero ponte el margen de gasto lo más alto posible para que no pasarte el viaje contando los billetes de la cartera. Si vas con un tacaño a tu lado, te puede amargar ciertas experiencias, accesibles quizás solo una vez en la vida, y que en realidad son gastos asumibles, como una buena cena o una pequeña excursión que seguramente sea el mejor recuerdo de tus vacaciones.

VIAJAR ES PARA DISFRUTAR

En fin hay más tipos de personas con las que es preferible no viajar como el enemigo de la higiene, el desganado que hay que ir arrastrando a todos los lados o el nacionalista que no descubre nada mejor que lo de su pueblo. Cualquiera de ellos puede ser una tortura en unas vacaciones y cargarse las buenas vibraciones que siempre tiene que proporcionar un viaje, unos días que nunca se repetirán, ni siquiera volviendo a ese destino.

acropolis

UNA ESCAPADA DE TRES DÍAS A ATENAS

Nosotros estamos al oeste del Mediterráneo y los griegos en el otro extremo. Más de tres horas en avión nos separan para aterrizar en el aeropuerto internacional de Eleftherios Venizelos, a unos 30 kilómetros del centro de Atenas. Muchos kilómetros de distancia, pero nada más desembarcar y tomar el metro que une el aeropuerto con el centro de Atenas, pronto nos damos cuenta que somos primos hermanos.

Si este viaje se hace ahora, como somos familia aún sentimos más sus penurias económicas. Ahora es una ciudad, y un país, al que no ayudan las altas instancias europeas, pero les podemos echar una mano como turistas. Aunque,  si se viaja con los ojos vendados, casi ni nos daremos cuenta de su crisis porque todo está a nuestra disposición. Sin embargo no basta una venda, hay que ser ciego para no ver la dramática situación de los griegos.

Primer día en Atenas

El gran atractivo de Atenas lo sabemos todos. Lo hemos visto en la tele, en los libros de texto, en las pelis,… es el Partenón. Una visita inexcusable para todo el que viaje a Atenas. La cuna de la civilización pero lo vamos a dejar para el último día de visita.

El Olimpeion

Vamos a empezar yendo al templo de Zeus Olímpico. Este yacimiento es una de las grandes joyas de su patrimonio. Originalmente este templo alcanzó una longitud de 180 metros por 40 de ancho y tenía más de 100 columnas de orden corintio. Lo de originalmente es un decir, porque su construcción se dilató entre el siglo IV antes de Cristo y el II de Nuestra Era. Hoy solo se ve parte de su planta y únicamente se mantienen en pie 15 de sus esbeltas columnas. Es precioso e impactante en su desnudez. Son unas ruinas que transmiten todo el esplendor de los viejos griegos y al mismo tiempo es la metáfora perfecta del presente.

El Templo de Zeus Olímpico está junto a una de las grandes avenidas de la capital ateniense. El contraste entre el tráfico demencial de la ciudad y la solemnidad del yacimiento no puede ser más brutal. Aun así, la magia del lugar hace que te aísles por completo del entorno, y la mirada solo se desvía hacia arriba, hacia la vecina Acrópolis con el Partenón en su parte más alta. Una zona que es el imán durante todo el viaje. Pero no hay que ser ansioso, hay que acumular más ganas todavía para descubrirla. Se tiene que convertir en la guinda del viaje.

Al salir del Olimpeion o Zeus Olímpico, según con quién se viaje la conversación es inevitable. Alguno puede decir: “ya te lo dije yo, veníamos a ver piedras”. Si alguno piensa así, hay que darle tiempo e intentar explicarle que son piedras sí, pero supervaliosas. Esa primera clase se puede dar sobre los sofás que tienen muchas de las terrazas del cercano barrio de Plaka, el más turístico de la capital.

Aquí se acumulan los restaurantes, cafés y restaurantes, a precios no griegos. También son las calles con más tiendas de souvenirs por metro cuadrado. En fin, hay que conocerlo, tomarse algo, comprar, pasear y pasar el rato. Somos turistas, ¿no?

La Atenas moderna

Después de turistear un poco, caminando hay que llegar hasta ese otro lugar de Atenas que sale un día sin otro en el telediario: la plaza Sindagma. Es la gran plaza de la ciudad, donde está el Parlamento, los soldados que hacen su ceremonial desfile mientras no paran de grabarles smartphones llegados de cualquier parte del planeta. El lugar donde está el hotel más emblemático de la ciudad: el Hotel Gran Bretagne, y donde se acumulan las tiendas y comercios de las grandes firmas mundiales. Todo esto quedará invisible si toca manifestación en la plaza, porque aquí sale el pueblo griego un día sí y otro también para protestar.

Como contraste desde la plaza uno se puede ir al barrio cercano de Kolonaki. Aquí todo es elegancia. En las calles están las tiendas de lujo y en las plazas las terrazas más in de la ciudad. Unas terrazas y bares que están abiertas hasta bien entrada la noche, así que puede ser un buen lugar para acabar el primer día en Atenas.

Segundo día en Atenas

Se puede seguir un esquema similar para el resto de días en Atenas. Dedicar la mañana a su importante pero desgajado patrimonio histórico artístico, ya que en realidad es patrimonio de la humanidad, aquí nunca mejor dicho. Y después de comer o por la tarde vagabundear un poco por las calles atenienses.

El Ágora

Ágora es una palabra griega que se sigue usando en la actualidad, cada vez que nos referimos a un espacio público para el disfrute de la sociedad, unas veces para las fiestas populares y otras para las protestas también populares. Y Atenas nos invita a descubrir el origen de elloscomo de tantas otras cosas.

El Ágora es un enorme yacimiento que fue el epicentro de la ciudad. Ha llegado a nuestros días bastante maltrecho, y aunque se han restaurado partes, posee la poesía de los lugares en ruinas donde se sabe que ocurrieron cosas importantes y caminaron celebridades de otro tiempo. Aquí hablaba Sócrates o pronunciaba sus discursos Pericles. En definitiva, el Ágora es un sitio por el que merece pagar la entrada para descubrirlo a tus anchas. Además hay entradas combinadas para diferentes yacimientos atenienses, para que el bolsillo no sufra demasiado.

Y el complemento ideal a la visita del Ágora es la vecina Biblioteca de Adriano. Otro gran yacimiento que nos habla de la segunda de las grandes culturas de Occidente, los romanos, los primeros que se enamoraron del esplendor político, económico y mitológico de los helenos.

Si no se sabe mucho de historia y de arte antiguo, es recomendable para disfrutar más de estas visitas empaparse un poco de la guía o de las webs que consultéis en la tablet (poned blog-viajes en favoritos). Será mucho más enriquecedor.

El barrio de Monastiraki

Y si no habéis leído nada antes de visitarlos, hacerlo después. Para la tarde no hay que salir del barrio de Monastiraki donde están estos yacimientos y otros muchos. Por las calles de este barrio, además de impactantes iglesias de la religión ortodoxa, también encontraréis diferentes restaurantes y cafés.

Una elección siempre buena en esta zona de Atenas es tomarse un soulaki. Para entendernos el kebab griego, aunque a ellos no les hace gracia esa comparación. Y si eres más vegetariano o andas con el estómago débil entonces lo tuyo va a ser una ensalada a base de tomate, queso feta y pepino. Todo regado con una cerveza local, la Alpha o la Mythos. Y para acabar un café. Una recomendación, si eres bebedor de café con hielo, y estás harto de no encontrarlo en tus viajes al extranjero, aquí vas a tomar algo muy parecido: el expresso fredo.

Después de comer toca caminar un poco, y si se deshace el camino hacia el Ágora, además de entretenerse con las baratijas de muchos tiendas de anticuarios, se llegará a una calle en paralelo al yacimiento, donde pegados unos a otros hay numerosos bares de copas para trasnochar.

Tercer día en Atenas

Se acaba el viaje y todavía queda una cosa pendiente: subir a la Acrópolis. Posiblemente el hotel no esté muy lejano, pero aún así habrá que caminar para ascender. Así que hay que desayunar bien para el camino y para disfrutar de lo que nos espera. En el desayuno de tu alojamiento no ha de faltar el yogur griego, el de verdad. Nada que ver con el de los anuncios de la famosa frase.

La Acrópolis y el Partenón

Es difícil describir este lugar. Físicamente es sencillo. Se entra por los Propíleos o puertas monumentales. Se ve a un lado el pequeño templo de Atenea Nike y se llega a una explanada repleta de trozos de columnas y demás vestigios con 2500 años de antigüedad y como telón de fondo el imponente y ruinoso Partenón. A su lado otro templo, el Erecteion, con su pórtico donde las típicas columnas se han transformado en figuras de mujer. Y sobre la explanada de la Acrópolis se ve toda su ladera repleta de más yacimientos, teatros y las murallas que la separan de la Atenas actual.

Esto es lo que se ve. ¡Pero lo que transmite! Ahí viene lo difícil de describir. Para aquellos que han estudiado historia, es como visitar un lugar donde ya se ha estado y que aún así le deja sin palabras. Y para aquellos que no son especialmente aficionados a estas cuestiones, igualmente quedan impactados. Es un lugar majestuoso, por lo que se ve y por lo que cuenta. No importan los eternos andamios, ni que nada esté entero. Es impresionante.

Tal vez no se comprenda todo lo que se ve. No importa mucho. Es uno de esos poquísimos monumentos que habla. Y de todos modos para entender mejor este enorme yacimiento arqueológico, luego hay que visitar con la entrada conjunta el Nuevo Museo de la Acrópolis situado a sus pies. Allí se ve cómo fue hace veinticinco siglos, y cómo los acosos, bombardeos y saqueos lo arruinaron, cómo se llevaron tantísimas figuras a los museos londinenses, y cómo se trabaja de forma continua en el Partenón y todo el conjunto para que no se derrumbe por completo.

El barrio de Anafiotika

El Nuevo Museo de la Acrópolis está a los pies del yacimiento, y también a sus pies está el barrio de Anafiotika. Seguramente el que más encanto posee en Atenas. Siempre con la presencia en lo alto de la Acrópolis, se pasea por callejones empinados, con casas bajas, grafitis, motos, gatos, y de vez en cuando alguna taberna de sabor especial. En alguna se puede tomar auténtica moussaka y beber otros vinos griegos diferentes al de retsina, el más caro y famoso.

Los amantes de la fotografía aquí van a pasar la tarde sin darse cuenta. Y cuando cae la noche, entre Anafiotika y Plaka encontrarán varios restaurantes interesantes. Unos tienen toda la parafernalia turística, incluida del sirtaki. Pero hay otros más familiares y sabrosos que son el mejor lugar para cenar a base de los ingredientes típicos de la cocina griega como berenjenas, lentejas, quesos o carnes, que son el mejor broche para esta intensa escapada por Atenas.

tibidabo-barcelona-con-parque-de-atracciones

Tibidabo

En la montaña barcelonesa del Tibidabo se encuentra el parque de atracciones más antiguo de toda España y uno de los más viejos de Europa. Se trata de una de las atracciones más visitadas y tradicionales para el turismo familiar que se acerca a la Ciudad Condal, donde la diversión no está únicamente en el interior del Parc d’atraccions Tibidabo, sino que comienza por el propio desplazamiento hasta la parte alta de la montaña de Collserolla, donde se halla.

La Montaña de Collserolla

En la zona más alta del casco urbano de Barcelona se encuentra el gran pulmón verde de la ciudad. Una zona que supone todo un contraste con el entorno metropolitano, ya que se trata de un espacio dominado por una frondosa vegetación y por fauna salvaje, que sorprende que se encuentre tan sumamente próxima a la gran ciudad. De hecho todo este espacio es un área protegida, y posee la catalogación de Parque Natural. La zona boscosa es un lugar ideal para practicar un poco de senderismo o bicicleta de montaña.

Llegar al Parc d’atraccions del Tibidabo en tranvía

El modo más atractivo de ascender hasta la parte alta del Tibidabo es embarcarse en el Tranvía Azul que lleva hasta los viajeros hasta la estación donde tomar el Funicular. Así de un modo aéreo y con unas espléndidas vistas sobre la extensión de la Ciudad Condal, se llega prácticamente hasta el interior del recinto del parque de atracciones.

La antigüedad del Parc d’atraccions del Tibidabo

En realidad este parque de atracciones es uno de los más antiguos de todo el mundo, ya que abrió sus puertas hace más de un siglo. Concretamente en el año 1905. Todavía se guardan en su interior algunas de las atracciones más antiguas, lo que le da el prestigio propio de un sabor añejo y de otros tiempos. Pero el Tibidabo no se ha quedado anclado en el pasado, y periódicamente se incorporan nuevas atracciones y espectáculos para renovarse y convertirse en un parque de atracciones sumamente divertido para el público infantil del siglo XXI.

De hecho, están muy presentes las nuevas tecnologías, entre las que destacan las impactantes proyecciones en 3D. Y aún va más allá con otras ya realizadas en 4D. Es muy curioso ver como estos reclamos tan futuristas conviven con otros puntos históricos y emblemáticos como la vieja noria o el carrusel, que siguen poseyendo un encanto indudable para niños, y también para mayores nostálgicos.

Santa María del Mar barcelona

Santa María del Mar

La Basílica de Santa María del Mar, junto a la Catedral de la Santa Creu y Santa Eulàlia y el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, forman la triada de templos históricos y artísticos que ofrece como gran reclamo monumental y religioso Barcelona a sus visitantes.

Santa María del Mar en La Ribera

La basílica se encuentra en el barrio de La Ribera, colindante al Barri Gòtic. De hecho, el templo también es de estilo gótico, ya que se construyó en el barrio que fue creciendo durante los siglos XIII y XIV para convertirse en la gran iglesia de los marineros.

Por aquel entonces, la ciudad se integraba en la Corona de Aragón, y la primera piedra para su construcción la puso el rey aragonés Alfonso el Benigno en 1329.

El esplendor del arte Gótico catalán

El templo reúne todas las características de este estilo. Al pasear por su exterior se comprueba que se trata de una iglesia sobria por fuera y que da una impresión de horizontalidad. Y esa sensación se vuelve a tener al adentrarse en el interior. Ya que parece como una gran avenida de piedra de tres carriles, que se corresponden con las tres naves de la iglesia.

Sin embargo, hay un elemento que destaca entre tantas columnas, pilares y bóvedas. Se trata de las vidrieras que bañan con su peculiar luz tamizada y colorida la iglesia. Son vidrieras ya posteriores, porque su realización tuvo lugar entre los siglos XV y XVIII, por lo que son un buen ejemplo de cómo fue evolucionando el arte del vitral en Cataluña.

Santa María del Mar, una iglesia literaria

El best seller de Carlos Ruiz Zafón “La Catedral del Mar” se inspiró en la construcción de esta iglesia al mismo tiempo que crecía el barrio de La Ribera. Por ello, muchos lectores de esa novela quieren conocer in situ el templo y se acercan hasta aquí buscando los ecos del relato.

Sin embargo, además de hallar los elementos que describe el novelista, también se pueden ver otros elementos de la larga historia del templo. Una iglesia que ha sufrido importantes daños con el paso de los siglos como el famoso bombardeo borbónico del año 1714. O el incendio que tuvo lugar aquí en 1936, con la Guerra Civil española. De hecho, aquel incendio calcinó y destruyó el presbiterio, y el actual es ya una realización posterior de bien entrado el siglo XX.

Plaça Reial

Plaça Reial

Cualquier visitante que llega a Barcelona se adentra por el laberinto de calles del Barri Gotic y el conjunto de la Ciutat Vella. Un entramado de estrecheces, recovecos y callejones, pero de pronto, sin buscarlo, tarde o temprano llega a la Plaça Reial o Plaza Real. Una gran plaza abierta que supone un gran contraste con todas las calles que se han dejado atrás. Aunque otra forma muy habitual de llegar es desde las vecinas Ramblas.

La Plaça Reial, una plaza del siglo XIX

Este espacio tan amplio en comparación con su entorno se creó en el siglo XIX por el arquitecto Daniel Molina, quién la integró en el trazado medieval barcelonés, aunque para ello se hubieran de cortas calles antiguas, que ahora desembocan en la plaza mediante pasajes cubiertos.  En todo este espacio urbano se acumulan las arcadas, las palmeras decorando el centro, una fuente histórica que representa a las Tres Gracias e incluso dos farolas diseñadas por Antoni Gaudí. De hecho, estas farolas son las primeras obras conocidas que realizó el arquitecto de Reus en la ciudad.

Pero antes de la arquitectura neoclásica que domina la remozada Plaza Real, aquí hubo un convento que conectaba con Las Ramblas.

De día y de noche por la Plaça Reial

Esta plaza es uno de los lugares más visitados durante las 24 horas del día. Con la luz diurna es un sitio ideal para sentarse a tomar algo tras los paseos culturales por las calles del entorno. Mientras que con la caída de la tarde son muchos los que eligen aquí alguno de sus restaurantes para cenar, tomar una copa en las muchas terrazas o simplemente pasar por aquí camino de los numerosos bares y locales nocturnos del barrio. Por esa razón es muy transitada, y como ocurre en las grandes ciudades turísticas, también aparecen por allí los amigos de lo ajeno, por lo que hay que caminar o sentarse bien atento. Eso sí, la presencia policial aquí es constante.

La sombra de Picasso

Por todo este barrio anduvo, bebió y pintó un joven malagueño llamado Pablo Picasso. Muy cerca de aquí, en la Carrer de la Mercè tuvo su primer taller artístico. Para rendirle un homenaje a ese gigante de la historia de la pintura, es recomendable darse un paseo desde la Plaza Real hasta la cercana Carrer d’Avinyó. En esa vía, en el número 27 había por aquel entonces un burdel, cuyas trabajadoras le sirvieron de inspiración para las famosas Señoritas de Aviñón de 1907.

Plaça Francesc Macià y Diagonal

Plaça Francesc Macià y Diagonal

La Avinguda Diagonal, como indica su nombre cruza prácticamente todo el núcleo urbano de Barcelona de forma diagonal, algo que destaca en el extraordinario damero de calles paralelas y perpendiculares que ordena el urbanismo barcelonés. A lo largo de sus más de 10 km. de longitud se suceden diferentes plazas y rotondas que articulan el tráfico rodado en la metrópoli. Y dentro de esas plazas una de las más importantes es la dedicada a Francesc Macià.

 

Qué puedes ver en la plaza de Francesc Macía

La Plaça Francesc Macià y la Avenida Diagonal son dos de las zonas más emblemáticas de Barcelona. Aquí te dejo algunas de las cosas que podrías ver y hacer en estas zonas:

  • Plaça Francesc Macià: Esta plaza se encuentra en el barrio de l’Eixample y es uno de los centros neurálgicos de la ciudad. Aquí se encuentra la sede de la compañía eléctrica Endesa, así como el Edificio Planeta, sede de la editorial homónima. También hay varias tiendas y restaurantes en los alrededores de la plaza, por lo que es un buen lugar para pasear y hacer compras.
  • Avenida Diagonal: La Avenida Diagonal es una de las principales arterias de Barcelona, que cruza la ciudad de noreste a suroeste. A lo largo de esta avenida, podrás ver varios edificios modernistas, como la Casa de les Punxes y la Casa Terrades. También hay varios centros comerciales en la zona, como el L’Illa Diagonal y El Corte Inglés, así como numerosos bares y restaurantes.
  • El Palacio Real de Pedralbes: Este impresionante palacio es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura civil de Barcelona. Construido a principios del siglo XX, el palacio cuenta con una hermosa fachada de estilo neogótico y una amplia zona ajardinada en la que se puede pasear y relajarse.
  • La Fontana de Canaletes: Esta fuente se encuentra en la parte superior de la Rambla de Cataluña, cerca de la Plaça Catalunya. Según la leyenda, si bebes agua de esta fuente, volverás a Barcelona. También es un punto de encuentro popular para los aficionados al fútbol después de las victorias del FC Barcelona.
  • La Casa Milà (La Pedrera): Situada en la Avenida Diagonal, la Casa Milà es uno de los edificios más famosos de Antoni Gaudí. Construida a principios del siglo XX, esta obra maestra de la arquitectura modernista cuenta con una fachada ondulada y una impresionante azotea con vistas a la ciudad. También puedes visitar el interior del edificio para ver algunas de las habitaciones decoradas al estilo modernista.
  • El Museo de la Ciencia de Barcelona (CosmoCaixa): Este museo interactivo es perfecto para los amantes de la ciencia y la tecnología. Aquí podrás ver exposiciones sobre física, química, biología y astronomía, así como experimentos y demostraciones interactivas que seguro que te sorprenderán.

La Avenida de la Diagonal

El origen de esta larguísima calle se remonta al siglo XIX, cuando el urbanista Ildefonso Cerdá, quién también proyectó el Eixample o Ensanche, la concibió como nexo de unión entre las distintas áreas de la retícula urbana. También pensó que aquí se crearía el auténtico centro urbano de Barcelona, sobre todo en la Plaza de las Glorias Catalanas, si bien con el paso del tiempo ese papel preponderante lo ha tomado la Plaça de Catalunya. No obstante, el objetivo de unir los barrios de la ciudad, lo sigue cumpliendo la Diagonal, gran arteria de la urbe, y también es una de sus principales vías de entrada y salida.

La Plaça de Francesc Macià

Esta plaza se encuentra en la mitad occidental de la Diagonal. Lleva el nombre de un político y militar catalán que por su ideología republicana e independentista se ha convertido en referente del nacionalismo. De hecho, no solo esta importante plaza lleva su nombre, sino que en la plaza más importante de Barcelona, la Plaça de Catalunya se alza un gran monumento en su recuerdo.

Pero volviendo a la plaza de Francesc Maciá, ésta no siempre ha tenido este nombre. Lo cierto es que su denominación ha variado a lo largo de los años, y siempre con claros tintes políticos que la rebautizaban según el gobierno de cada momento. El caso es que desde 1979 recibe su actual nombre en recuerdo del que fuera presidente de la Generalitat.

Aunque independientemente de su nombre, de cara a su uso actual, se puede decir que es una de las más transitadas, ya que además de estar atravesada por la Diagonal, en ella convergen otras importantes calles como las de Josep Tarradellas, Conde de Urgell y la Avenida de Pau Casals. Por eso no es extraño que aquí se acumulen infinidad de carteles de publicidad, tanto que se la conoce con el sobrenombre de “Macia Square”.

El centro propiamente de la plaza no es accesible, ya que está ocupado por un estanque, que curiosamente tiene la misma forma que la silueta de Menorca, ya que el arquitecto que la diseñó era originario de esa isla balear.

Parque Güell

Parque Güell

 

Uno de los protagonistas de una visita a Barcelona, inevitablemente es Antoni Gaudí. El arquitecto creador de La Sagrada Familia, o las Casa Batlló  y Milá en el Paseo de Gracia. Pero entre todo el repertorio arquitectónico de este genio del arte modernista, hay un lugar barcelonés diferente, por la singular combinación de arte y naturaleza. Se trata del Park Güell.

Historia del Parque Güell

La intervención de Gaudí en este espacio fue por un encargo que el arquitecto recibió del empresario Eusebi Güell. Éste pretendía construir aquí una fastuosa residencia, sin embargo el proyecto de Gaudí fue modificándose con el paso del tiempo, hasta que se inauguró en 1922 como un fantástico parque, único en su género. Tanto es así que está catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La visita al Parque Güell

Recorrer los jardines del Park Güell supone todo un cambio de sensaciones respecto a los recorridos por la metrópoli barcelonesa. Es como una isla de paz dentro de la ciudad. Todo aquí es fruto de la imaginación de Gaudí, quién se inspiró en las formas de la naturaleza para sus atrevidos diseños arquitectónicos y estéticos.

A lo largo de este paseo hay varios lugares que merecen la atención. Uno de ellos es el centro del parque donde se despliega un gigantesco banco que alcanza los 100 metros de longitud, y cuyas formas evocan las ondulaciones de una serpiente. Pero además, lo que serían escamas en el animal real, aquí se transforman en piezas cerámicas de alegre colorido.

Otros puntos de atracción son la Fuente del Dragón o el Monumento del Calvario, que proporciona unas incomparables vistas del núcleo urbano barcelonés con el telón de fondo del azul del Mediterráneo.

Casa Museo de Gaudí

El arquitecto debió quedar tan maravillado y orgulloso de su obra, que decidió instalar su vivienda entre 1906 y 1925 en el propio Park Güell. El lugar donde vivió se ha transformado en su interesante Casa Museo, uno de los mejores lugares para comprender la genialidad de este creador total.

Pero no es la única zona de exposición en este recinto. También hay dos casas que parecen fruto de un cuento de hadas. Ambas están cercanas a la entrada al Park Güell. Una es la tienda oficial de recuerdos de este monumento. Y otra es la Casa del Guarda, que en la actualidad programa exposiciones en las que se puede descubrir la historia de este espacio de Barcelona que recibe visitantes todos los días del año.

Museo-Picasso-Barcelona

Museo Picasso

Picasso llegó a Barcelona cuando todavía era Pablo Ruíz Picasso. En la Ciudad Condal se comenzó a convertir en el gran genio de la pintura del siglo XX, y precisamente vivió y trabajó en el Barrio Gótico. Es decir, el Museu Picasso de Barcelona no podía estar en otro lugar que en el corazón histórico de la ciudad.

La modernidad de Picasso

No puede haber mayor contraste entre las obras que se exponen en el Museo Picasso y el edificio que las alberga. Bueno, en realidad son cinco inmuebles, cinco palacetes históricos con detalles históricos que van desde el Gótico hasta el arte barroco. Allí se guardan hasta 3.500 obras en diferentes materiales, soportes y estilos que donó el propio Picasso cuando ya era una figura venerada en el mundo entero, y que las cedió a la ciudad donde dio importantes pasos para convertirse en ello.

Obras de juventud de Picasso

La gran mayoría de dibujos o pinturas que se exponen en este museo pertenecen a la fase previa a que Picasso se instalara en París. Por ello son obras creadas durante sus años de juventud, hasta el denominado periodo azul de su producción pictórica. Y sin duda es muy interesante para ver como poco a poco fue generando su estilo propio que después daría lugar a una de las corrientes vanguardistas más valoradas: el Cubismo.

Las Meninas según Picasso

Si bien, el Museu Picasso también atesora otras obras de su plenitud creativa. De hecho hay tres salas dedicadas a las innumerables versiones, reinterpretaciones y bocetos que hizo desde 1954 a 1962 de uno de sus cuadros más admirados: Las Meninas de Velázquez. Contemplando todas estas creaciones picassianas en realidad se puede hacer un repaso a los numerosos estilos y las técnicas que el pintor malagueño usó a lo largo de su dilatada y agitada vida.

Las obras maestras del Museu Picasso

Una de las obras más valoradas del museo es el retrato de la Tía Pepa, que el pintor hizo a su tía Josefa con tan solo 14 años. Un obra tremendamente realista. Tan solo un año después realizó su obra Ciencia y caridad, que también se expone aquí.  Y como representaciones del periodo azul están colgadas las obras El loco y Azoteas de Barcelona.

Las cerámicas de Picasso

Este artista además de pintor, fue un consumado ceramista. Un trabajo que realizó a lo largo de toda su vida, pero sobre todo al final. Aquí se conservan hasta 40 piezas de cerámica firmadas por Picasso y que dan muestra de su inagotable creatividad.