El conjunto monumental del Passeig de Gràcia es de lo más suculento que se puede visitar en Barcelona. Y de todo el trazado de esta importante arteria barcelonesa hay un tramo de fama internacional. Se trata de la llamada Manzana de la Discordia, ubicada entre las calles Aragó y Consell de Cent, perpendiculares al Paseo de Gracia. Allí se encuentran tres construcciones modernistas únicas, realizadas cada una de ellas por tres de los grandes arquitectos de ese estilo artístico: la Casa Amatller de Josep Puig i Cadafalch, la Casa Lleó Morera de Lluis Domenech i Montaner, y la Casa Batlló de Antoni Gaudí.
La Casa Amatller y la Casa Lleó Morera
En la primera se invirtieron diez años en su construcción, de 1890 a 1900. Esta fue la primera de las grandes obras con las que se renovó el aspecto del Passeig de Gràcia. El resultado es una de las casonas más bellas de la época donde participaron los artesanos de la forja, carpintería o cerámica más reputados del momento. Y en cuanto a la Casa Lleó Morera, levantada entre 1902 y 1906, es de una estética que nos recuerda la arquitectura gótica y renacentista de los siglos pasados, eso sí, reinterpretadas por las formas más floridas del Modernismo.
La Casa Batlló
La gran obra de la Manzana de la Discordia es una creación del gran Antoni Gaudí. Aquí el arquitecto de Reus concibió una de sus construcciones más personales, prácticamente al mismo tiempo que Domenech i Montaner estaba erigiendo la Casa Lleo Morera. Esta casa en realidad era una reforma de un edificio anterior, pero una reforma en la que Gaudí genera una sinfonía de movimiento y color, con unas formas que jamás se habían visto antes. De hecho, muchos críticos hablan de que en esta fachada Gaudí realmente se inspiró en sus sueños. Y la verdad es que la Casa Batlló es un disfrute para los sentidos de cualquier paseante que va por el Paseo de Gracia. Aunque no se sepa nada de arquitectura, se es consciente de que se está admirando una obra de arte diferente y única.
La Fundació Antoni Tàpies
Estas tres casas son excelentes ejemplos del arte de principios del pasado siglo, pero para conocer otras obras propias de las vanguardias más rompedoras realizadas en pleno siglo XX, hay que desplazarse a la Fundació Tàpies, ubicada en la misma Calle Aragó. En un edificio, también modernista, se conservan miles de pinturas, esculturas, grabados y dibujos de Tàpies, uno de los artistas catalanes y españoles de renombre mundial.
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