Si te encantaría conocer Escocia y tienes ideas preconcebidas sobre esas tierras, lo tuyo es prepararte un viaje a Edimburgo. Allí todos esos tópicos se confirmarán. Suponías que iba a llover, lo hará. No te olvides jamás el chubasquero. Pensabas que a los escoceses les gusta el whisky. No. Lo aman. Entra a cualquier pub y lo comprobarás. Y después visita, gratis por cierto, el Scotch Whisky Experience y descubrirás que lo veneran como si fuera una religión. Habías oído hablar de que Escocia es tierra de leyendas y fantasmas. Apúntate a las visitas guiadas nocturnas por cementerios, criptas y callejones de la ciudad y tal vez al volver al hotel te sea difícil conciliar el sueño, y te verás obligado a bajar al pub a tomar uno de esos whisky o dos. Sabías que Escocia tiene una larga historia y una identidad propia. Pues aquí van algunos de los monumentos que la materializan.
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EDIMBURGO, IMAGEN DE ESCOCIA
LA ROYAL MILE
Ese es el nombre de la calle más importante de Edimburgo y que comunica dos de sus monumentos más emblemáticos el Castillo en un extremo sobre la Castle Hill, y tras más de 1800 metros de calle el Palacio de Holyrood en el otro. En este palacio se aloja la monarquía británica cada vez que se acerca por estos dominios. Pero aunque no seas un aristócrata lo puedes visitar y recorrer sus suntuosos salones decorados, entre los que destaca la amplísima Great Gallery y las habitaciones de la torre que ocupó María Estuardo.
Y entre el castillo y el palacio, encontrarás más o menos a medio camino de la Royal Mile, la Catedral de Saint Giles, la cual curiosamente no tiene el rango de catedral. Lo cual no le resta ningún encanto, ya que es muy curioso visitar su interior y comprobar que el templo se ha ido construyendo a retazos a lo largo de siglos de historia, algo que se ve en que cada tramo de la iglesia es diferente.
VISTAS DE EDIMBURGO
Desde el castillo ya tienes unas impresionantes vistas de la ciudad, pero quizás sean más sugerentes las que fotografiarás desde la cúspide del monumento a Sir Walter Scott. Sí, el autor de Ivanhoe. Este personaje junto otros 63 está representado en la aguja que da forma al monumento. Y puedes subir a él para disponer de una bella estampa de todo el casco antiguo de Edimburgo. También hay que decir que sus casi 300 escalones acaban por cansar y que no son recomendables para las personas que sufren de claustrofobia.
UN PASEO POR EDIMBURGO
Lo mejor en la ciudad es deambular por ella, descubriendo así sus callejones empedrados como el de Mary King’s Close. O viendo casonas de cuento como Gladstones’ Land o la Georgian House, ya en la ciudad nueva. Y como contraste, también hay que acudir a la Outlook Tower. Cinco plantas en las que se suceden los hologramas, las imágenes en 3D, ilusiones ópticas, reflejos en espejos cóncavos y convexos, etc. En definitiva, la llamada Cámara Oscura de Edimburgo te alucinará, y si viajas con niños, es imprescindible que los lleves a conocer esta ingeniosa presentación de Edimburgo.
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