A todos nos nombran la palabra maharajá y nos viene a la cabeza el lujo, el poderío y hasta las excentricidades de los grandes reyes (esa es su traducción del sanscrito) de las diferentes regiones de la India. Pues bien, si eres uno de los afortunados que puede viajar a Jaipur, descubrirás toda una ciudad que se debe a la fundación de uno de esos maharajás, concretamente Jai Singh II, que gobernó estas tierras acabando el siglo XVIII.
Contenidos
JAIPUR: EL SUEÑO DE UN MAHARAJÁ
JAIPUR, UNA CIUDAD ORDENADA Y ROSA
A diferencia de otras grandes capitales hindús, lo primero que te va a sorprender es que su núcleo histórico está perfectamente ordenado. Se concibió como seis barrios separados por grandes avenidas. Además gran parte de sus edificios históricos tienen un peculiar tono rosado. Se debe a que cuando se construyeron se empleó estuco y arenisca de ese color. Y no solo eso, cuando en 1905 llegó hasta aquí el Príncipe de Gales en viaje por sus colonias, se decidió volver a pintarlo todo de rosa. Y es que este color para ellos es un símbolo de buena suerte y de hospitalidad.
LOS PALACIOS DE JAIPUR
Aquel maharajá hizo construir varios palacios en la ciudad. Los de Chadra Mahal y Mubarak Mahal son visitables en parte ya que se hallan reconvertidos en museos. En cambio el de Jah Mahal, rodeado por un lago, ahora es un exclusivo hotel, al que no podrás entrar si no te hospedas allí. En realidad, puede que sea una de las mejores formas de saber cómo vivían esos fastuosos gobernantes, ya que en él tratan a los clientes con todo tipo de exquisiteces y caprichos. Mientras que el pueblo llano nos hemos de conformar con visualizarlo desde lejos, en la orilla opuesta del lago.
EL PALACIO DE LOS VIENTOS
Este puede que sea el edificio más famoso de Jaipur. Si bien, del original se conserva poco más que su fachada. Una fachada que da una avenida y que tiene 5 pisos. En ella se abren más de 500 ventanas, de ahí la alusión al viento en su nombre, aunque su denominación oficial es Hawa Mahal. En realidad, era un ala del palacio real, la destinada a las mujeres del harén, que desde ahí podían ver la calle.
EL JANTAR MANTAR
Además de su previsible pasión por las mujeres, aquel maharajá también era muy aficionado a la ciencia, y más concretamente a la astronomía. Por ello construyó el Jantar Mantar, un enorme observatorio del firmamento, en el que se observan volúmenes y esculturas a partir de cuyas sombras, los astrónomos de la época podían hacer sus especulaciones y cálculos sobre los astros.
NO TODO ES ROSA EN JAIPUR
Evidentemente la ciudad desde el siglo XVIII ha crecido bastante y han ido surgiendo nuevos edificios, y si bien la gran mayoría respetan las formas tradicionales, también se pueden ver ejemplos de arquitectura contemporánea. No obstante, no todo es así. En 1988 una familia de industriales construyó el Templo de Birla Mandir, bajo la advocación de Visnu y su consorte Laxmi. Curiosamente es un templo construido íntegramente en mármol blanco. Y aún más curioso, y también muy entretenido, es buscar entre sus muchas esculturas hinduistas, las figuras de Buda, Cristo, Confucio, Sócrates o Zarathustra.
Leave a reply