Turistear por las ciudades del mundo se hace por muchos motivos. Su patrimonio histórico y artístico, su vida nocturna, para conocer sus tradiciones y gastronomía, sus fiestas, ir a sus espectáculos o a sus museos. Cada viajero elige sus destinos en función de sus intereses. En el caso de que decidas viajar a Kuala Lumpur, la ciudad te propone un viaje en el tiempo. Desde su reciente pasado hasta el futuro. Descubriendo esos matices se descubre como fue el milagro de la capital de Malasia.
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KUALA LUMPUR, LA CAPITAL MALAYA
LOS ORÍGENES DE KUALA LUMPUR
Si estás preparando tu viaje a Kuala Lumpur seguro que te viene a la cabeza la imagen de las modernas Torres Petronas, y también acudirán a tu mente ideas relacionadas con el lujo asiático. Sin embargo, lo primero que has de saber de este lugar es que su nombre vendría a significar algo así como “la confluencia del fango”. Y es que donde se asienta la ciudad se unen los cauces de los ríos Gombak y Klang. Hasta el siglo XIX allí no hubo más que inhóspitos terrenos pantanosos. Pero de pronto se descubrió estaño, y hasta ese lugar se desplazaron mineros chinos y agricultores malayos para proveerles de alimento. Ese es el origen de Kuala Lumpur.
TIERRA DE EMIGRANTES
En el corto espacio de tiempo que va desde aquella llegada de mineros hasta la actualidad, la ciudad en pocas cosas recuerda aquellos inicios de duro trabajo. Hoy te vas a encontrar con una urbe cosmopolita, con zonas completamente occidentalizadas, aunque también tendrás la oportunidad de sumergirte en barrios asiáticos, donde reina el urbanismo caótico, los mercados callejeros, sus templos budistas y la gastronomía de estas latitudes. Curiosamente, lo más auténticos son Chinatown y Little India, dos zonas de asentamiento de emigrantes que aquí mantienen por completo las tradiciones de su tierra natal. En realidad, lo mismo que hacen los muchos europeos, norteamericanos o australianos asentados en los barrios modernos.
LA TORRE MENARA
Para disponer de una panorámica de como se distribuyen esas zonas urbanas, lo mejor es subir a la Torre Menara, donde se ofrece una panorámica circular de toda la metrópoli. Desde ahí tienes que buscar la Mezquita Masjid Jamek o mezquita del viernes, un templo musulmán de estilo tradicional que se construyó en 1909 justo en el punto en el que confluyen los ríos de Kuala Lumpur. Y luego puedes acudir a otra, la de Masjid Menara, un contraste brutal por su arquitectura moderna.
LAS TORRES PETRONAS
Pero si hay algo imprescindible en Kuala Lumpur, son los 452 metros de altura de las dos Torres Petronas. Un lugar que te hará alucinar con los 88 pisos que diseñó en 1998 el arquitecto argentino César Pelli. Aunque la altura no es lo más destacado de su obra, lo más singular es el puente aéreo que las une entre las plantas 41 y 42. Este edificio es la imagen que exporta la ciudad al mundo, y al que todas las personas que van a Malasia acuden. Además si vas bien de dinero y te gustan las compras, en su parte baja tienes a tu disposición un centro comercial con los productos de las marcas más exclusivas del planeta.
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