Algunos la llaman la “París de los Balcanes”. No es así. Ni mejor, ni peor. Ljubljana posee su propio encanto y esa comparación radica en la elegancia de su arquitectura. Pero pasada por el tamiz de la peculiar historia de Eslovenia. Un país que en todo su conjunto es una verdadera joya para los viajeros, por sus paisajes, sus pequeños pueblos y también por su capital, un destino para descubrir con tranquilidad. Paseando por su casco antiguo y relajarse en cualquiera de los muchos bares que se encuentran a cada paso.
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PASEANDO POR LA AGRADABLE LJUBLJANA
EL CASTILLO DE LJUBLJANA
La historia balcánica es de lo más convulsa, hasta hace cuatro días enfrascada en conflictos salvajes. El último de estos episodios fue la reciente Guerra de los Balcanes. En ella, Eslovenia prácticamente no se vio envuelta, y rápidamente consiguió la independencia que indicaba la desmembración de la antigua Yugoslavia. Sin embargo, en otros conflictos regionales no tuvo tanta suerte, y de ellos encontraréis testimonio en el castillo que corona la ciudad. Una fortaleza hecha y rehecha cientos de veces, pero que sabe a historia. Además desde ahí arriba se tienen las mejores vistas sobre el casco histórico y se descubren sus edificios más hermosos.
LOS TERREMOTOS EN LJUBLJANA
Por si las guerras, asedios y conquistas fueran poco, esta ciudad ha sufrido varios terremotos devastadores. Dos de ellos de lo más destructivo. Uno a comienzos del siglo XVI y otro en 1895, por eso gran parte de su patrimonio es relativamente reciente y se pueden ver muchos edificios de estilo neoclásico y también del peculiar Art Nouveau centroeuropeo. A uno y otro estilo pertenecen muchos de los inmuebles que encontraréis paseando como la Antigua Universidad, el Palacio Zois, la Ópera, las Casa Krisper y Hauptmann o el Hotel Umon.
IGLESIAS HISTÓRICAS
Pero afortunadamente tanta devastación también ha dejado edificios más antiguos en pie. Dos destacan. Por un lado la Catedral de San Nicolás, con su cúpula verde y sus torres gemelas, a la que si queréis entrar tendréis que atravesar unas espectaculares puertas modeladas en bronce. La Catedral se encuentra muy cerca del Puente Triple que desemboca en la plaza Preseren y allí se halla el edificio más emblemático de todo el conjunto, y ante cuya fachada se citan los habitantes. Se trata de la iglesia franciscana de la Asunción. Un templo rojo, elegante y barroco que es una de las imágenes más recurrentes que encontraréis en cualquier guía de viajes.
EL RÍO LJUBLJANICA
Este río atraviesa todo el casco antiguo, perfectamente canalizado y por el que navegan barcos turísticos, en los que si embarcáis tendréis la perspectiva opuesta a la que habéis visto desde el castillo. Si bien, el paseo típico es recorrer las dos orillas, atravesar los muchos puentes existentes y pararse en los cafés y bares. De lo más animado y donde la cerveza es una religión. Estos bares son el mejor lugar para comprobar la vitalidad de esta ciudad universitaria, en la que se respiran aires de modernidad y de querer olvidar un pasado muy duro.
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