En los últimos tiempos abundan las ofertas para viajar a diferentes países del Sudeste Asiático. Tal vez estés pensando en hacer un viaje hasta alguno de esos lugares. Si es así, lo primero que tienes que hacer es decidir qué tipo de turismo quieres hacer. Si tu opción es la del turismo urbano, para comprobar cómo esta zona del planeta es cada vez más emergente, entonces lo tuyo es un viaje a Singapur, que es una ciudad y un país al mismo tiempo.

EL MILAGRO DE SINGAPUR

LA CIUDAD-ESTADO DE SINGAPUR

Singapur es una isla, o más bien, una gran isla con otras menores situadas en el Mar del Sur de China. Alguna de esas islas, incluso es una creación artificial, como la que ocupa el aeropuerto internacional de Changi. Si llegas a Singapur, entrarás al país por este aeropuerto o por el espectacular puerto marítimo. De hecho, este puerto es la verdadera razón del vertiginoso desarrollo que ha tenido la ciudad-estado en las últimas décadas, dada su situación estratégica en la zona, y que sus gobernantes se dieron cuenta de que era un territorio que prácticamente no tenía recursos naturales, por lo que decidieron invertir en la población y en la atracción de capitales del extranjero. De esta forma cambió por completo el aspecto de lo que fue una pequeña población de pescadores en una urbe tremendamente cosmopolita y moderna.

HOTEL MARINA BAY SANDS

El gran símbolo de esa brutal transformación es el grandioso Hotel Marina Bay Sands, uno de los ejemplos más fotografiados de la arquitectura contemporánea mundial. Y famoso por la piscina que posee en su planta 57 sobre las tres torres del edificio. Desde ahí, a ras del agua, se toman las imágenes más emblemáticas del skyline singapureño. Si bien, aunque el Hotel Marina Bay es el más famoso, descubrirás otros edificios de gran interés arquitectónico en la ciudad.

LOS PRECIOS EN SINGAPUR

Está claro que los precios para alojarse en el Marina Bay o en otros famosos hoteles de la ciudad no están al alcance de cualquiera. Pero tal vez tú seas uno de los afortunados que pueda reservar habitación, por ejemplo en el Hotel Raffles, todo un lujazo en un edificio de formas coloniales. Tampoco hay que engañar a nadie, viajar a Singapur no es barato, ni por el coste del viaje en sí ni por la estancia. Por ejemplo, si quieres subir a la Noria Singapore Flyer, la más alta del mundo con sus 165 metros, te va a tocar rascarte el bolsillo. También te va a salir caro si acudes a algún espectáculo al teatro de La Esplanade, aunque es gratis verlo desde fuera, y descubrir su forma que recuerda a un gigantes durian, un fruto típico de esta zona del mundo.

COMER EN SINGAPUR

Hablando de comidas, tienes dos opciones. Una es ir a Little India y Chinatown, donde los emigrantes asiáticos se han establecido y mantienen negocios donde puedes degustar su gastronomía hindú o china. Por otra parte, si no tienes un paladar para sus sabores, puedes acudir a Clarke Quay o a Boat Quay, donde abundan los restaurantes de cocina internacional y donde encontrarás una animada vida nocturna.