Zurich

GUÍA DE ZURICH

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Si vas Zurich, por motivos de turismo. Si el motivo de tu viaje es otro, te sobran las líneas que vienen a continuación. Te basta con elegir alguno de los muchos bancos que encontrarás en el centro de esta ciudad del norte de Suiza, apuntarte la dirección, y decírsela al taxista en el propio aeropuerto, que gustoso te llevará hasta la puerta de entidad bancaria. Bueno, si vas a hacer turismo, la recomendación es tomárselo con mucha calma. Aplicar un espíritu mediterráneo a esta ciudad tan europea.

De turismo a Zurich

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La gastronomía suiza

Con esa tranquilidad, empieza por probar la cocina típica. En el cuidado centro histórico de Zurich vas a encontrar muchos restaurantes y tabernas, casi todo ellos de un aspecto muy atractivo a la vista. Y si te gusta la comida contundente, también serán muy agradables al paladar. Para pedir tu comida no te harán falta muchos intérpretes ya que son habituales las cartas en alemán, francés e inglés, incluso en italiano.

Casi todos los platos que verás son variaciones de cuatro ingredientes: patatas, queso, carne y salchichas, o sea carne. Una elección sorprendente es el rösti, una tortilla de patatas sin huevo. Pero si quieres algo delicado, lo tuyo es o un plato de geschnetzelten kalbfleisch, estofado de carne con setas o el zürigschnätzlets, es decir, carne con crema. O bien, puedes optar por lo más tópico que es una fondue de queso. Aunque para tópico el postre, algo con chocolate, sin dudarlo.

Las cataratas del rin

Proponte bajar esa tripa tan llena, y busca el modo de salir del centro de Zurich. Ya volverás. Escápate hasta las cataratas del Rin, en las inmediaciones de la ciudad de Schaffhausen. Un espectáculo natural increíble por la cantidad de agua que acarrea y que contrasta enormemente con el ordenado urbanismo y el modo de vida suizo.

El centro de zurich

De vuelta en la ciudad, dedícate a pasearla. A caminar por sus pintorescas calles, muchas de ellas peatonales. Y de vez en cuando busca algún hueco entre las casas para atisbar el paisaje circundante de montañas que envuelven a la población. Con esos paseos, tarde o temprano desembocarás en el lago de Zurich, que le da frescura y un aire de leyenda a la ciudad tan moderna.

Munsterhof

También paseando por el núcleo histórico, casi sin querer llegaréis a la plaza de Munsterhof. Allí se eleva la iglesia de Fraumunster, un templo que os atraerá por la espigada aguja azul que corona su campanario. Pero hay más sorpresas en esta iglesia originada en el siglo IX. También veréis unas vanguardistas vidrieras que diseñó Marc Chagall en 1970.

Esta combinación entre un largo pasado y la modernidad es una de las sensaciones que más apreciaréis durante vuestra visita a Zurich. Por ejemplo, si acudís al Centro Le Corbusier en el Parque de Zurichhorn.

De noche por zurich

Y también esa extraña mezcla entre historia y modernidad la hallaréis en uno de los lugares más habituales para ir a cenar y beber una copa. La zona de Niederhorf, donde el conjunto arquitectónico del siglo XIV es la peculiar ambientación para los numerosos pubs y restaurantes que abren sus puertas en estas calles empedradas.

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