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Palau de la Música Catalana

Este edificio ubicado en el céntrico barrio de La Ribera posee dos grandes valores. En primer lugar su propia valía arquitectónica, ya que se trata de una de las mejores construcciones modernistas de Barcelona y que desde 1997 integra la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Y en segundo lugar, es un activo cultural muy importante para la ciudad con la programación de conciertos y diversos eventos de categoría.

El Palau y el Modernismo

El Palau de la Música Catalana es una de las obras emblemáticas del célebre arquitecto modernista Lluis Domènech i Montaner, quién lo construyó entre 1905 y 1908 por encargo del Orfeó Català. En su ejecución, el arquitecto hizo que participaran los artesanos catalanes de mayor renombre en la época, por lo que el edificio es todo un derroche de maestría decorativa y de imaginación.

El repertorio decorativo del Palau

Ya desde el exterior se puede valorar el inmenso atractivo ornamental que posee. En su fachada se observan mosaicos, capiteles muy decorados, o un grupo escultórico que es la personificación monumental de la música popular catalana. Y una vez dentro, tanto en el vestíbulo como en el propio restaurante que existe, se pueden ver unas originales columnas de azulejos.

Si bien el mayor impacto visual se aprecia al descubrir el auditorio, al que se accede subiendo unas escaleras. Allí se dispone un gran techo compuesto por vidrieras en tonos azules y dorados, con un claraboya central majestuosa que baña de luz natural todo el recinto.

Las polémicas del Palau

La belleza del edificio es indudable, sin embargo, desde sus mismos inicios no se ha librado de agrias polémicas. Por ejemplo, el escritor Josep Plá, todo un referente de las letras y la cultura catalana, lo calificó de horrible, así de sencillo. Además, Domènech i Montaner no se presentó el día de la inauguración, enfadado lógicamente porque todavía tenía muchas facturas pendientes de pago. Y hablando de dinero, en los últimos años el edificio ha sido el protagonista de un escandaloso caso de fraude por parte de las autoridades catalanas.

La visita al Palau

Más allá de los temas polémicos y económicos, lo cierto es que el Palau de la Música merece una visita. SE trata de una visita de pago y se hace imprescindible reservar con antelación e integrarse en un grupo de unas cincuenta personas para hacer el recorrido turístico y descubrir todos sus secretos.

Monasterio de Pedralbes

Esta joya del arte gótico se encuentra en uno de los barrios más exclusivos de la ciudad, en Pedralbes. Allí, entre casonas de los más pudientes destaca la arquitectura del Monasterio y también del Palacio Real de Pedralbes. Es decir, el entorno se ha transformado enormemente desde que se construyó, al igual que la propia función del lugar ha variado, ya que actualmente ya no vive comunidad religiosa alguna. Y por el contrario el monasterio se transformó en otro más de los atractivos turísticos de la Ciudad Condal, ya que aquí hay un interesante museo de arte medieval. También han cambiado muchos los jardines del monasterio, porque ahora son un parque público.

Los restos más antiguos del Monasterio de Pedralbes

El monasterio posee su propia iglesia gótica, si bien es de una arquitectura sumamente sobria. Más interesante es la visita a su gran claustro. Un espacio que posee tres alturas, lo cual es un rasgo que lo identifica. Este claustro se construyó allá por el siglo XIV, y a lo largo del mismo se encuentra como nota más impactante la Capilla de San Miguel, en la cual se pueden ver pinturas murales realizadas en esa misma centuria y que salieron de la mano del artista gótico Ferrer Bassa, uno de los primeros artistas catalanes sobre los que se posee documentación.

No es la capilla de San Miguel el único resto antiguo del claustro. A escasa distancia se conserva el sepulcro de la reina Elisenda, a la cual se le debió la fundación de este convento, que siempre acogió órdenes religiosas femeninas.

La distribución en el pasado del Monasterio de Pedralbes

Toda la vida monacal giraba alrededor del claustro. Como testigo de aquello se pueden visitar en la planta más baja, algunas de las estancias más funcionales de la congregación. Estas salas son visibles tras una larga restauración que ahora permite imaginarse como era el refectorio o comedor de las monjas, y también las cocinas. Igualmente durante el recorrido se identifican otros espacios interesantes, como son los establos o los almacenes donde se guardaban las provisiones.

El recorrido continúa hacia la planta intermedia del claustro. Allí se repartían las celdas en las que vivían las religiosas. Había más celdas de las que se conservan en la actualidad, ya que la planta superior también hubo pequeñas habitaciones para las monjas, sin embargo en este último piso el aspecto ha cambiado considerablemente, ya que hoy en día acoge los fondos del museo medieval

El Museo de Pedralbes

Se exponen sus fondos en un enorme salón, que sirve para mostrar algunas obras de artistas catalanes del Gótico, sobre todo pinturas y esculturas. Si bien también se poseen obras posteriores de artistas flamencos. Unas obras que fue adquiriendo la propia comunidad religiosa, la cual estaba integrada prácticamente por las hijas de las familias más acaudaladas de  Cataluña, motivo por el cual, la comunidad siempre disponía de fondos para hacer este tipo de inversiones.

Mercado del Born por dentro

Mercado del Born

El Mercado del Born, junto a la Basílica de Santa María del Mar, son los dos grandes referentes para los visitantes que acuden al céntrico e histórico barrio de La Ribera, en las proximidades del Barri Gòtic.

El Passeig del Born

Esta vía es la arteria principal de esta zona de la ciudad. Es un paseo de planta alargada, una forma que nos habla de su pasado, cuando precisamente aquí se celebran torneos medievales entre caballeros. De hecho, el nombre del paseo y también del mercado, Born, viene de la palabra catalana bornar, que no significa otra cosa que lidiar.

Y se sabe que aquí se celebraban esos torneos, y también que se nombró a nuevos caballeros hasta el siglo XVII, que antes de esa ceremonia pasaban la noche orando en la cercana Santa María del Mar.

Pero este paseo también ha sido usado para ferias, procesiones y celebraciones varias. Por ello fue uno de los lugares predilectos para que las clases más pudientes levantaran aquí sus casonas y palacios. Todo para darle un aspecto señorial, que ahora es ideal para pasar por aquí la noche en los muchos bares y pubs de la zona.

El Mercado del Born

En el extremo este de todo este paseo se levanta el célebre Mercado del Born. Una obra del siglo XIX proyectada por el ingeniero Josep Maria Cornet i Mas. Fue una construcción muy de su tiempo, realizada a partir de una espectacular estructura metálica. De hecho, la construcción merece ya de por sí una visita, para apreciar sus dos naves principales y las cuatro laterales, que en el centro se cubren con formas de cúpula. Todo el espacio queda bañado por la luz natural que entra por su tejado de vidrio.

Pero no todo es estructural, también quiénes lo construyeron tuvieron en cuenta darle su ornamentación, algo que se aprecia en numerosos detalles de la forja.

El Mercado del Born en la actualidad

Su función como espacio para el comercio se perdió hace ya tiempo. Y ahora este edificio sirve como sede para diversas dependencias de la Universitat Pompeu i Fabra. Además con motivo de la recuperación del edificio para su nuevo uso, salió a la luz la riqueza arqueológica que estaba oculta en su subsuelo. Un conjunto histórico cuyos vestigios se han investigado y se han puesto en valor para mostrar los restos de esta zona de la Barcelona del siglo XVIII.

Ubicación Mercado del Born